lunes, 3 de noviembre de 2008

martes, 28 de octubre de 2008

Cuentos clásicos

Los cuentos clásicos, los cuentos maravillosos, los que nos contaron en nuestra niñez, los que leímos cuando empezamos a deletrear las primeras palabras, siguen perdurando a través del tiempo.
Y siguen siendo el entretenimiento de los más pequeños cuando piden a padres o abuelos, que les cuenten una historia de esas que todos guardan entre sus recuerdos de la infancia.

lunes, 27 de octubre de 2008

jueves, 23 de octubre de 2008

Un ejemplo de Cuento popular

Cuento de Pedro Urdemales: La perdíz de oro

Es una perdicita de oro que vengo siguiendo desde puallá , muy lejos, ...



En esto estaba cuando vio venir a un caballero montado en muy buen caballo, y apenas tuvo tiempo de levantarse, amarrarse los calzones y ponerle el sombrero encima a lo que acababa de dejar en tierra. El caballero le preguntó:
— Pedro ¿qué estás haciendo ahí? — y Pedro le contestó:
— Estése calladito no más, señor: usted no sabe lo que estoy cuidando.
— ¿Y qué es lo que cuidas?— dijo el caballero.
— Es una perdicita de oro que vengo siguiendo desde puallá , muy lejos, y no tuve más como pescarla que ponerle el sombrero encima, y no hallo cómo sacarla.
Entonces le dijo el caballero:
— Ven acá; dámela, hombre; pero yo tampoco tengo en qué ponerla. Hombre, anda mi casa a buscar una jaula.
— ¿Y adónde es su casa patrón?— le preguntó Pedro.
— Anda camino derecho unas diez cuadras y después tuerces a la izquierda y la primera casa que veas, esa es la mía: golpeas y pides la jaula.
— ¿Y cómo voy de a pie tan lejazo , pues patroncito? Me demoro mucho— le dijo entonces Pedro.
— Vas en mi caballo, pues hombre.
— ¿Y cómo voy en cabeza y sin manta con ente este solazo que hace?— volvió a decir Pedro.
— Ponte mi sombrero y mi manta — replicó el caballero, y se los pasó.
Salió entonces Pedro muy contento, yendo bien aperado y hasta con caballo y dejó al caballero cuidando la perdiz y esperando le jaula.
Pasó un buen rato, y viendo el caballero que Pedro no volvía y que se hacía tarde, hizo empeño en tomar la perdiz y puso mucha atención para que no se le escapara. Al fin levantó una puntita del sombrero y metió la mano debajo con toda ligereza para coger la perdiz, pero en lugar de tomarla se engrudó toda la mano con meca. Ya estaba un poco oscuro y no vio lo que era y para asegurarse con qué se había untado la mano se la llevó a las narices. De la rabia que le dio, hijito de mi alma, sacudió la mano con toda fuerza y se pegó tan feroz golpe en una piedra, que, sin querer, del dolor, se llevó la mano a la boca y se chupó los dedos.
Después el caballero se fue rabiando en contra de Pedro y Pedro por allá decía:
— ¡No me está yendo muy mal en las diabluras que voy haciendo!

Los tres cerditos

miércoles, 22 de octubre de 2008

Caperucita Roja


Cuentos Populares y Literarios

El cuento es una narración breve de hechos imaginarios, protagonizada por un grupo reducido de personajes y con un argumento sencillo... Hay dos grandes tipos de cuentos: el cuento popular y el cuento literario.
El cuento popular: es una narración tradicional de transmisión oral. Se presenta en múltiples versiones, que coinciden en la estructura pero discrepan en los detalles. Tiene tres subtipos: los cuentos de hadas o cuentos maravillosos, los cuentos de animales y los cuentos de costumbres. El mito y la leyenda son también narraciones tradicionales, pero suelen considerarse géneros autónomos. Las mil y una noches es la recopilación más conocida de cuentos populares orientales que se conoce.
El cuento literario: es el cuento concebido y trasmitido mediante la escritura. El autor suele ser conocido. El texto, fijado por escrito, se presenta generalmente en una sola versión, sin el juego de variantes característico del cuento popular. Se conserva un corpus importante de cuentos del Antiguo Egipto, que constituyen la primera muestra conocida del género. Una de las primeras manifestaciones en la lengua castellana fue El conde Lucanor, que reúne 51 cuentos de diferentes orígenes, escrito por el infante Don Juan Manuel en el siglo XIV.